Hay muchos hábitos, que ahora están formando parte de tu rutina y te están haciendo más vulnerable a desarrollar cáncer.
Permanecer sentado. Pues, sí: un estudio realizado por el American Institute for Cancer Research evidenció que las personas que pasan sentadas la mayor parte del día tienen más riesgos de que sus órganos internos del abdomen bajo se inflamen y sean víctimas de cáncer. Por otro lado, el sedentarismo incrementan las posibilidades de desarrollar cáncer de endometrio y de colon.
Usar talco. Hay algunas mujeres que suelen aplicarse talco en la zona genital. Si eres una de ellas, te recomendamos que dejes de hacerlo. Y es que una investigación realizada en el 2010 demostró que aplicarse talco en el área perineal hace que la persona sea mucho más vulnerable al cáncer de ovario.
Trabajar de noche. Trabajar de noche hace que las mujeres corran más riesgos de sufrir cáncer de mama. Así lo develó un estudio que se realizó a partir de 2.000 mujeres. Se comprobó que este hecho se explica por la carencia de melatonina, alteraciones del ciclo de sueño y falta de vitamina D.
Dormir cerca del celular. Las implicancias negativas de dormir cerca de un celular han sido un asunto muy debatido en estos últimos años. Múltiples investigaciones han concluido que este hábito puede resultar muy perjudicial para la salud, dado que la radiación emitida por el celular puede promover la aparición de cáncer de mama y de tumores cerebrales. Por tanto, ¡haz que tus sueños guarden distancia de este artefacto!
Consumir alimentos procesados. Los alimentos procesados, es decir, aquellos que son tratados con químicos, suelen contener grandes cantidades de conservantes. Y estos no son nada buenos –sobre todo, cuando tratas de mantenerte lejos del cáncer. Por tanto, no acudas a estas alternativas gastronómicas. En su lugar, opta por alimentos cultivados de forma natural.