Entumecimiento y hormigueo: ¿Qué es? ¿A qué se debe?
Ambas son sensaciones anormales y pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, frecuentemente se experimentan en las piernas, los brazos, las manos y los dedos, tanto de los pies como de las manos. Entre las causas más recurrentes de miembros dormidos están:
- Estar en la misma posición durante mucho tiempo, ya sea parado o sentado (por ejemplo, en el trabajo o en un viaje).
- Lesiones en un nervio. Si se produce en el cuello, tendrá repercusiones en los brazos y manos. Si es en la parte baja de la espalda, provoca hormigueo en las piernas.
- Presión sobre los nervios raquídeos o periféricos.
- Infección de herpes zóster (comúnmente conocido comoculebrilla).
- Déficit en el riego sanguíneo por inflamación de un vaso, aterosclerosis o congelación.
- Niveles desequilibrados de potasio, calcio o sodio.
- Falta de vitamina B12.
- Ingesta de algunos medicamentos.
- Daños a los nervios debido al alcohol, el tabaco o el plomo.
- Radioterapia.
- Picaduras de insectos, ácaros o mordeduras de animales.
- Alergias a los mariscos.
- Síndrome del túnel carpiano (en la muñeca).
- Diabetes.
- Hipotiroidismo.
- Accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio.
Remedios caseros y recomendaciones para el hormigueo en manos y piernas
El agua es uno de los mejores remedios naturales para “despertar” nuestras piernas o manos si se duermen. Sumérgelas en un recipiente con agua fresca durante unos diez minutos o hasta que la sensación de hormigueo desaparezca. Muchas personas optan por mover enérgicamente el miembro entumecido. Otras opciones son:
Caminar
Da una caminata alrededor de la habitación en el momento en que empieces a sentir el cosquilleo. Tendrás que soportar por unos instantes los espasmos que se producen en la pierna, pero es una acción bastante efectiva, sobre todo, si estás mucho tiempo sentado.
Ponerse en puntas de pie
Otra alternativa para cuando se te duerme una pierna. Coloca tu pie en punta como hacen las bailarinas y desciende los talones. Repite 10 veces para activar la circulación de la sangre en los miembros inferiores. Si sueles sufrir bastante de hormigueos, realiza este ejercicio todos los días antes de dormir, aunque no estés atravesando un cuadro de entumecimiento.
Consume alimentos con hierro
Como se indicó antes, el déficit de este nutriente puede estar provocando el hormigueo en tus piernas. Las lentejas y la remolacha pueden ayudarte a reducir el cuadro. También es bueno que añadas a tu dieta diaria huevos, leche, nueces, guisantes, frijoles y vegetales de hoja verde, como las espinacas o acelgas.
Realiza un cataplasma con pimientos picantes
Te puede ayudar a revertir la situación. Necesitas una docena de chiles rojos. Caliéntalos a fuego alto y, luego, tritúralos. Coloca en un paño suave y machácalos. Deberás aplicar esa pasta resultante en el área afectada por el hormigueo. El calor de los pimientos reducirá el dolor y las molestias. Si sueles sufrir muy seguido este problema, puedes tener preparado el ungüento y calentarlo al fuego un minuto.
Evita ciertas comidas y bebidas
El alcohol y el café durante o después de la cena no son aconsejables. Lo mismo que las comidas pesadas o copiosas en la noche.
Lleva una vida saludable
No fumes, haz ejercicios, como natación, practica la relajación (yoga, por ejemplo) para reducir la tensión, evita estar mucho tiempo en la misma posición, ya sea parado o sentado y evita usar ropas muy ajustadas o de materiales sintéticos que no permiten una correcta circulación sanguínea.
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Masajes y cambios de postura
Cuando empiezas a sentir hormigueo, una buena idea es realizar masajes o una fricción vigorosa en la zona. Esto se puede realizar todas las noches aunque no se haya dormido el miembro. Otra buena idea es cambiar de posición. Si estás sentado, levántate, si estás acostado, siéntate, si estás de pie, recuéstate, etc. Si se te duermen las piernas o brazos mientras duermes, quizás se deba a que estuviste muchas horas en la misma postura sin moverte: usa cojines para elevarlos.
Lleva calzado adecuado
Es preciso que los calcetines siempre sean de algodón para absorber la humedad y, además, prevenir los síntomas del hormigueo. Cámbiate los calcetines tres veces al día (cada 8 horas). En el caso de los zapatos, es preciso que sean cómodos, de cuero o de tela. La plantilla puede ser curva o con una almohadilla en el arco de la planta, para que tengas más espacio donde apoyar el pie. Trata de no llevar tacones ni calzado que se desajuste al caminar, es decir, procura que tengan suficiente agarre.
Haz ejercicios contra la pared o con un balón
Cuando llegas a casa del trabajo, sobre todo si se te han dormido las piernas, quítate los zapatos y, con calcetines limpios, colócate de pie al lado de la pared. Apoya los dedos y ejerce una leve presión hacia adelante, flexionando un poco la rodilla. Sosténte con las manos apoyadas en la pared. En la oficina, toma un balón de goma con la palma de la mano y ejerce presión con toda la fuerza que puedas. Existen accesorios de materiales especiales para este fin. También puedes hacer lo mismo en casa, pero presionando con los pies descalzos el balón contra el suelo.